miércoles, 22 de junio de 2011

8va Clase



Nos vestimos principalmente para cubrirnos del frío, pero por otro lado también por un castigo divino de vergüenza y negación de nuestra propia imagen, de nuestros propios sentires, de nuestro propio placer.
Con el pasar de los siglos esta vestimenta se fue acomodando y se le fueron dando otras significancias, otros sentidos, otra valoración, la vestimenta dice quien eres de alguna u otra forma es tu carta de presentación… se le dan distintos valores según el trapito que tengamos puesto, dependiendo del material, la procedencia, y el valor de este.






Construir una pieza de vestir através de materiales de desechos, le da otra significancia al trabajo como modista o sastre, como en la mayoría de los casos uno no sabe nada de nada hasta que lo experimenta, este fue el caso… el trabajo de modista o sastre en muchos casos de ve subvalorado con trajes que llegan a costar millones de dólares o bien son desvalorados por lo precario y la mala calidad de otros trajes. El construir un vestido con materiales de desecho, me llamo mucho la atención que la mayoría de los trabajos realizados llegásemos al mismo concepto el “vestido” teniendo miles de otros trajes para crear o representar.



Trabajar con materiales de desecho siempre es muy significativo el resultado de ello, ya que estas haciendo una doble operación, creando algo nuevo y dándole otra significancia/valor al material que estas ocupando que fue creado para otro motivo, para otro uso, pero tu lo tomas y le das otro motivo, otro lenguaje… ya no son radiografías, ya no es papel kraft, ya no son telas sueltas, ya no son placas de distintos colores, ya no se leen por separado, sino que forman parte de un todo, ya sea como adorno, o parte esencial de la pieza de vestir.   


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